Conversaciones entre Marx, Freud y Jesús

 

Extracto de Jesús Top Secret por Nicolás Fiks///

La escena transcurre en un consultorio psicológico. En un diván están sentados los acusados: Carl Marx y Sigmund Freud

FREUD -No entiendo por qué entre judíos nos acusamos. Todos pertenecemos al mismo pueblo elegido, el de la zarza ardiente que nos guió cuando escapamos de Egipto. Jesús no debería imputarnos con estos cargos abominables. Todos somos de la Cole.

MARX -Cállate Sigmund, tú eres un ateo de mierda al igual que yo, solo que fuiste más inteligente y te hiciste el judío perseguido en la Segunda Guerra Mundial para ir a lucrar a Estados Unidos, ese país imperialista y capitalista.

FREUD -Desde que llegamos a este consultorio estás llenándome la cabeza con tus tontas teorías de clases sociales. ¿Ese Engels y tú no tenían nada mejor para hacer? ¿Por qué no dejas a la gente en paz?

MARX -¿Yo? Tú deja a la gente en paz y no le crees traumas ridículos con las tetas de su madre, el pene de su padre y el culo de su hermana. Eres un charlatán que explotó los miedos de los hombres para poder financiar todas tus operaciones de cáncer. ¿Cuántas fueron en total?

FREUD -Treinta y ocho.

MARX -¡Vaya record! ¡Deberías estar en el Libro Guinness! (Risas) ¿A cuántas personas estafaste con eso de la interpretación de los sueños y de la hipnosis?

FREUD -¿Y tú Carl? ¿No explotaste a nadie, maldito embaucador? Te hacías el humilde y estabas casado con la baronesa Johanna Berta Julie Nenny de Westfalen, a quien le pedías prestado su título de nobleza para conseguir créditos.

MARX -Era para poder editar mis libros.

FREUD -No me importa. Te casaste con una noble y querías ser la voz del obrero, te la hacías chupar por una baronesa mientras la masa hambrienta solo podía chupar clavos.

MARX -Tú no puedes acusar a nadie de equivocaciones maritales. Marta, tu mujer, te pegaba y te humillaba. Siempre fuiste el típico judío que busca la imagen materna en cada mujer que conoce.

FREUD -¡Excelente! Veo que leíste mis obras.

MARX -Soy una persona muy instruida Siggy, no un delirante como tú que comenzó siendo médico, profesión muy noble, y terminó calculando cuántos litros de leche tomó de la teta izquierda un hombre para ahora tenerle fobia a las arañas.

FREUD -Al menos mis teorías perduran. Hoy en día los psicoanalistas se proliferan más que los comunistas. MARX -Eso no prueba que sean mejores. También la mierda es más abundante que las vacunas y eso no la hace más imprescindible. (Entra Jesús).

JESUS -Ustedes dos, judíos reos por envenenar las mentes de las personas, están aquí para ser sentenciados.

MARX -Bue, lo que faltaba: llegó el opio del pueblo. ¿Qué quieres, Jesús? ¿Para qué nos citaste? ¿No cuentas con suficientes fieles para molestar que tienes que recurrir a nosotros?

JESUS -Recibo a diario muchas peticiones de personas que llevan una vida miserable por seguir sus doctrinas. Freud, tú eres un pornógrafo que separaste a miles de familias con eso del Edipo, el falo, la castración y demás mierdas genitales. Traumas a la gente.

FREUD -La gente ya está traumada, por eso me necesita…

JESUS -Y tú Carl, enfrentas a las personas en nombre de ideas utópicas como la justicia y la igualdad. Hiciste correr mucha sangre entre los pueblos y, hasta ahora, nadie es más feliz en tu mundo proletario. Solo dos países aún creen en tus teorías: Cuba, una isla sometida por los Castro Brothers, de donde la gente se escapa a nado (de tan oprimidos que están), y China, donde la pasan tan mal que lo único que hacen es tener hijos para pasarla aún peor.

MARX -Pero Jesús, las revoluciones llevan tiempo.

FREUD -Y la evolución también…

JESUS -Desde siempre nuestro pueblo vive engañando a las personas. Las espanta con Dios, como lo hizo Moisés. Las enfrenta entre ellas, como Marx, y las confronta con ellas mismas, como Freud. Es tiempo de que no nazcan más judíos embaucadores.

FREUD -¿Y cómo lo lograrás, Súper Jess? ¿Esterilizando a los niños el mismo día de su circuncisión? (Risas).

JESUS -No me causa gracia lo que dices, Sigmund. Deberías sentir vergüenza de haber dejado como legado una pseudociencia que consiste en que un idiota ponga cara de interesante y le pregunte a sus pacientes si tienen ganas de ponérsela a sus madres.

MARX -Estoy de acuerdo contigo, Jesús. Es abominable.

JESUS -Carl, tú no estás exento de culpa. Deberías arrepentirte por haber creado una teoría asesina que tuvo entre sus más fieles adeptos a Mao, Stalin y a Castro. Tu comunismo no funciona. (Silencio en el consultorio).

FREUD -¿Y qué harás con nosotros, Jesús? Matarnos no puedes porque ya estamos muertos.

JESUS -Los castigaré devolviéndolos a la vida durante cinco años. Tú Marx serás un obrero en alguna choza inmunda de Cuba. Te vas a dar cuenta de que no es muy divertido esperar que el Estado te de tres huevos, dos metros de tela y un cuarto kilo de azúcar por mes. Desde mañana vivirás en ese país y siempre llevarás puesta una remera con la cara del Che Guevara.

MARX -¡No, eso no! ¡Es demasiado!

JESUS -Así será. El Che ayudó a Castro a llegar al poder y tú ayudaste al Che con tu ideología asesina.

FREUD -¿Y a mí qué me espera? ¿Al menos seré médico en Cuba? Sé que allí hay muchos médicos.

JESUS -Hay muchos médicos porque la gente está enferma a causa del marxismo. Tú vivirás durante cinco años como un viejo idiota que visita semanalmente al psicoanalista y le pregunta, durante cuarenta y cinco minutos (exactos por reloj), por qué su mamá no tiene pene. Vas a pagarle miles de dólares por el tratamiento para corroborar, al final del mismo, que tu mamá sigue sin pene y tú sin dinero. Esos serán mis castigos para ustedes dos.

MARX -¡Oh! ¡Es injusto!

FREUD -¡Oh! ¡Es traumático!

JESUS -Es real, como la porquería que ustedes le dejaron a los hombres.

(Jesús sale del consultorio).

Telón.

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