«TITO» SANDOVAL PARA TEC POR Radio Atomika – preso en Venezuela

Cronista de Thatcher en Cosquin.

TITO VIAJERO
CAPITULO 7
Días de cárcel. Parte 1.

Con el rumor de una frontera Colombo-Venezolana que abría el 8 de enero y algunas historias de viajeros que contaban haber cruzado, viajamos a Maicao con una ilusión gigante de continuar camino en tierras venezolanas.

Intentamos, en vano, conseguir algo de información sobre cómo estaba la situación, por lo que el 10 de enero decidimos vivirlo.

«La vía terrestre está cerrada. Hay dos formas: o se toman un avión… O cruzan por la trocha», en migraciones de Colombia nos señalaban los dos caminos.

Con el bolsillo cada vez mas flaco para pagar un avión, decidimos usar la «trocha» y cruzar un par de días para conocer la situación de Venezuela.

La «trocha» es un camino por el medio del bosque utilizado y vigilado por comunidades wayuu, quienes poseen el privilegio de moverse en la frontera sin necesidad de ningún tipo de tramite aduanero.

Nos subimos a dos motitos 150 que a duras penas soportaban el peso de nuestros equipajes y de los dos conductores, que no parecían saltear comidas muy a menudo.

Media hora se arrastraron por el bosque las motitos, pagando distintos «peajes» wayuu.

A uno de los conductores se le ocurrió salir a la ruta y así un control de uniformados bolivarianos armados nos esperaban casi como una linea de all blacks parados en defensa.

El conductor de mi moto increíblemente acelera y los cruza. No quería mirar atrás, estaba esperando escuchar un tiro.

-«Agarraron a tu hermano», dice el conductor de la moto, que no soltaba el acelerador.
-«¡Y pará la moto pelotudo!», salió el argentino de adentro.

El pelotudo paró la moto y dijo que no podía volver porque se fugó.

Entonces, solo en medio de la ruta con mi mochila, empecé a caminar hacia el control pensando que mi hermano era el que tenia la plata y que si perdíamos esa plata se terminaba el viaje.

Tres militares bolivarianos lo metieron en un cuarto y le revolvieron toda la mochila mientras le pedían plata.

«El único que tiene plata es mi hermano que estaba adelante, ahora va a venir y les va a pagar», rezaba Pedro mientras le pateaban sus pertenencias en el piso.

«Tu hermano te abandonó».

Lo primero que vi en el cuartito fue a tres militares que se repartían los preservativos que encontraron en su requisa. Me sentaron en una silla y, mientras me basureaban franeleandose con sus armas exitados por que tenían con quien pasar el tiempo, yo intentaba descifrar si le habían sacado el dinero a mi hermano.

«Poné todo lo que tengas de valor sobre la mesa y que no te encuentre nada porque la vas a pasar mal». Rogaba que Pedro tenga la plata

Claro, ya no queríamos estar más en Venezuela, pero en ese momento volver nos parecía mas arriesgado que seguir.

Nos metieron en un bus hacia Maracaibo. Arriba del bus me entero que Pedro tenía su dinero.

Duramos 10 minutos arriba del bus: subieron militares y nos bajaron.

Hablamos con el oficial y nos dejó seguir, pero ya sin bus necesitábamos quien nos lleve.

Kevin y Angelica una parejita de venezolanos nos levantan y llevan a su casa, que quedaba a pocos kilómetros de Maracaibo, a comer.

En 100 km contamos mas de 15 controles militares, no sabíamos como volver sin que los militares nos hostiguen y decidimos buscar donde dormir un par de días para preparar la vuelta a Colombia.12572984_733102760124418_6393873639808681907_n

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TITO EN CONFUSIÓN ATOMIKA 

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